· Por Estefania Jover
La inflamación silenciosa, un peligro para el envejecimiento prematuro
07/06/2023
¿Alguna vez te han echado más años de los que tienes o se los has echado tú a otra persona? La piel, especialmente la del rostro dice de nosotros mucho más de lo que pensamos. Podemos ver a una persona más o menos delgada, atlética, con dientes perfectos, pero su piel puede delatarla. Y lo que es peor, añadirle años de más. Varios de los signos de una piel envejecida son las manchas, rojeces, arrugas, sequedad etc, en nuestra piel. Además, éstos signos pueden ser indicadores de inflamación cutánea, que si se cronifica genera estrés oxidativo y por ende envejecimiento prematuro. Todo esto se debe a que la inflamación y el envejecimiento están relacionados.
Es conocido que a medida que envejecemos nuestro sistema inmunitario empieza a deteriorarse y a regularse de un modo deficitario, lo que provoca inflamaciones. Sin embargo, en una persona joven también pueden darse procesos inflamatorios crónicos, lo que provoca el envejecimiento celular precoz. Esto favorece la aparición de enfermedades propias de la vejez y acelera el envejecimiento.
Nuestro organismo funciona como un reloj de precisión, para que funcione correctamente todas las piezas deben de estar perfectamente coordinadas y compenetradas. Con el cuerpo humano pasa exactamente igual. Cuando existe una infección, alérgenos, productos químicos etc. que afecta a uno o varios órganos, éstos se defienden generando procesos inflamatorios para hacer frente a esos daños. Uno de los componentes propio de la inflamación son las citoquinas. Éstas son moléculas de señalización cuya función principal consiste en la regulación de la inflamación. Cabe diferenciar entre dos tipos de inflamación celular, la aguda y la crónica. Y su principal diferencia es su evolución en el tiempo. La inflamación aguda sucede como una respuesta inmediata a un agente agresor, y suele darse normalmente en las primeras dos horas. Este tipo de inflamación ayuda al cuerpo a recuperar su estado previo a la afección. Por otro lado, la inflamación crónica, también conocida como inflamación celular silenciosa, es un proceso inflamatorio más lento, y su duración supera el mes. Puede darse sin lesiones, y no siempre termina cuando la lesión o enfermedad se cura. Además, la cronificación de la inflamación deja al organismo en un estado de alerta constante, que provoca un impacto negativo en todo nuestro cuerpo. Los principales síntomas de este tipo de inflamación son insomnio, fatiga constante, dolor corporal, infecciones frecuentes, problemas gastrointestinales o aumento de peso. Todo esto hace que la inflamación crónica no sea ninguna tontería.
La inflamación celular silenciosa puede producirse por dos motivos. Por enfermedades tópicas (rosacea, dermatitis, psoriasis o acné) o por agentes externos dañinos (contaminación, estrés, malos hábitos de alimentación o sueño, tabaquismo, sedentarismo etc.). La inflación crónica daña las células deteriorando la matriz celular que contiene fibras de colágeno y elastina. Y es precisamente, el daño en la matriz uno de los factores más importantes en el envejecimiento de la piel.
Afortunadamente, llevar un estilo de vida saludable es el mejor medio de prevención ante la inflamación crónica. Además, en Youthbites a través de los componentes antiinflamatorios de nuestro producto queremos ayudarte a evitar el envejecimiento precoz.